Castillo de Mijas

Al igual que la fortaleza de Osunilla, la de Mijas ten铆a como finalidad la protecci贸n de la poblaci贸n frente al ataque de enemigos, no trat谩ndose de un lugar espec铆ficamente dedicado a un asentamiento militar y, de igual forma, tampoco sabemos mucho sobre su estructura original, pues tras la conquista de la poblaci贸n por los Reyes Cat贸licos en 1487 fue sufriendo un irreversible proceso de abandono.
En la actualidad solo quedan algunos restos de una torre (reconstruida hace pocos a帽os) y muros que marcaban su per铆metro, pero la mayor铆a de ellos son reconstrucciones de 茅poca moderna y su finalidad, m谩s que defensiva, era de protecci贸n para evitar posibles ca铆das de los vecinos por los tajos que rodeaban la poblaci贸n, ya que Mijas se sit煤a sobre una plataforma rocosa rodeada por sus lados este, sur y oeste de fuertes desniveles, lo que permit铆a la defensa natural del mismo, por lo que la zona m谩s fortificada se correspond铆a con su lado norte, lugar donde a煤n podemos apreciar algunos restos de dicha fortificaci贸n.
No obstante, disponemos de un documento que nos puede dar una idea sobre su estructura y que reproduciremos de forma 铆ntegra por su elevado inter茅s hist贸rico; se trata de un fragmento de la 鈥淐r贸nica de los Reyes Cat贸licos鈥 escrita por Diego de Valera, que nos informa que en septiembre de 1485 los Reyes Cat贸licos, tras la conquista de Marbella, del castillo de Fuengirola y de Benalm谩dena, enviaron a un famoso escalador, Juan Ortega de Prado, para estudiar la situaci贸n del castillo de Mijas y planificar un asalto al mismo.

Una vez planificado, desde Marbella partieron para Mijas el Conde de Ribadeo junto a Ortega de Prado y un contingente de 80 hombres a caballo y 300 peones, a los que se unir铆an 100 hombres m谩s que hab铆an desembarcado junto con Alonso P茅rez de Saavedra en el fondeadero del castillo de Fuengirola. Llegados cerca de Mijas, Ortega se adelant贸 para escalar la fortaleza con 30 hombres, mientras que el conde permanec铆a a los pies de la misma con 60 m谩s; el resto qued贸 con Alonso P茅rez algo m谩s rezagado para ocupar la poblaci贸n tras ser tomada. El documento nos cuenta as铆 el asalto:
Ortega de Prado puso sus escalas, en que hab铆a trece trozos y luego 茅l salt贸 en la torre y algunos que lo siguieron y por su mano mat贸 al alcaide y a su mujer. Y fueron subiendo los treinta que con 茅l ven铆an y los que con 茅l subieron descendieron por la fortaleza y mataron a otros dos veladores y tomaron otras tres torres. Y subidos todos los treinta y apoderados de la fortaleza, aunque a la parte de la villa era muy flaca [los muros internos eran poco consistentes], todos los moros vinieron a pelear con los cristianos y quebraron la puerta y aunque fue bien defendida entraron por otra parte.
Y Ortega de Prado volvi贸 sobre las escalas y dio grandes voces al conde diciendo que mandase subir a la gente, que 茅l y los que con 茅l hab铆an subido ten铆an la fortaleza. Y el conde respondi贸 que no pod铆a hacer subir a ninguna persona por mucho que lo porfiaba. Y Ortega de Prado volvi贸 al patio donde los cristianos peleaban y trabaj贸 tanto, 茅l como los que con 茅l hab铆an entrado, que echaron fuera a los moros. Y all铆 quedaron los cristianos muchos heridos y seis muertos. Y Ortega de Prado volvi贸 otra vez a dar voces al conde, pero fall贸 la gente muy arredrada [asustada] de la escala y el conde muerto, y cansado de dar voces a la gente que subiesen y jam谩s quiso ninguno subir; y ya la fortaleza estaba llena de moros y los cristianos los unos muertos y los otros heridos.
Y Alonso P茅rez de Saavedra lleg贸 para subir en la escala y Ortega de Prado le dijo que no subiese, que m谩s aprovechar铆a en mandar subir a la gente. Y as铆 ninguno subi贸, salvo tres criados de Alonso P茅rez y Ortega de Prado, y algunos que con 茅l estaban defendieron las escalas y quedaron diez cristianos atajados en una torre, donde los moros les pusieron fuego. Y todos los otros eran muertos y heridos, salvo trece o catorce que salieron los m谩s de ellos heridos, siete tumbando [tir谩ndose] por las escalas y los otros siete por el muro, donde algunos se quebraron las piernas y otros los brazos. Y entre estos fue muy herido Ortega de Prado y as铆 茅l y los otros que escaparon llegaron donde la gente cobarde estaba, por la poquedad [falta de esp铆ritu] de los cuales se perdieron all铆 hombres muy buenos y esforzados y quedaron los moros [mije帽os] con su fortaleza.
Podemos comprobar que la fortaleza de Mijas constaba de 4 torres que posiblemente formaban un pol铆gono, en cuyo interior exist铆a un patio y a la que se acced铆a por una puerta de entrada desde la poblaci贸n que era la zona menos fortificada.
Hoy en d铆a solo podemos vislumbrar ciertas lugares donde se adivinan los basamentos de alguna torre y muros, sobre los que solo la arqueolog铆a nos podr谩 desvelar su origen y configuraci贸n.