Edad Contemporánea
Ya en el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, Mijas fue ocupada por las tropas napoleónicas a mediados de 1810, en concreto por el 4º regimiento de Infantería Polaco, estableciéndose una guarnición que osciló entre 75 y 100 hombres, a las que habría que añadir otras que se asentaron en Calahonda y en la fortaleza de Fuengirola y desde ese mismo momento el territorio mijeño fue escenario de numerosos enfrentamientos entre las tropas españolas y las de ocupación.
El más importante tuvo lugar en octubre de ese mismo año cuando un ejército de unos 2.000 hombres formado por tropas inglesas y españolas al mando del general británico Blayney, desembarcó en las playas de la Cala de Mijas con la intención de atacar el Castillo de Fuengirola y la propia Mijas y expulsar a las Tropas Imperiales de Napoleón hacia Málaga, pero esta acción, a pesar del apoyo de seis buques británicos, acabó con la derrota de las tropas angloespañolas y la captura como prisionero del propio lord Blayney, que sería trasladado a Mijas donde permaneció prisionero hasta su traslado a Málaga. Este acontecimiento fue de una gran importancia en el devenir de la Guerra de la Independencia y constituye uno de los hechos de armas más significativos ocurridos en Andalucía durante dicho conflicto.
En agosto de 1812 las tropas francesas abandonan definitivamente Mijas replegándose a Málaga, desde donde abandonarían la provincia hacia en Norte.
En 1841 tuvo lugar la segregación de una parte del territorio del término municipal que Mijas había mantenido desde 1487, dando lugar a la creación de Fuengirola como término municipal independiente.
Durante el siglo XIX la actividad económica del municipio se basaba en la agricultura, la ganadería y la industria del papel. Los molinos y batanes proliferaron, principalmente en la zona oriental del municipio, aprovechando la riqueza de los acuíferos de este sector de la Sierra, que afloraban en la zona de Osunilla y sus alrededores y en la zona de El Barrio de Santa Ana. Muchos de esos molinos, que contaban por aquellas fechas con varios siglos de antigüedad (en los Repartimientos se mencionan dos molinos de aceite «de los moros» y un molino de «pan» construido por el primer alcaide de Mijas, Lope de Aponte), mantendrán su actividad hasta los años cincuenta del siglo XX.
Junto a los batanes y molinos, una de las principales actividades fue el cultivo de la vid, que había ido sustituyendo a las higueras desde mediados del siglo XVIII, proliferando multitud de lagares y toldos de pasas.
La importancia de este cultivo se manifiesta en que el 80 % de la tierra cultivable de Mijas se dedicaba al mismo y estuvo acompañada de un importante incremento poblacional debido a la inmigración de población de otros puntos de la provincia de Málaga, especialmente de la zona oriental, debido a la necesidad de mano de obra especializada para dicha actividad agrícola. Así, de los 5.155 habitantes en 1867 se pasó a los 6.625 veinte años después (1887), solo unos 2.000 menos que los que tenía en aquellos momentos Marbella.
Evolución de la población de Mijas durante la segunda mitad del siglo XIX
1857 | 1867 | 1877 | 1887 | 1897 |
5.073 | 5.155 | 5.589 | 6.625 | 5.631 |
Esta actividad económica se vio truncada por la crisis originada por una plaga de filoxera que afectó a la mayor parte de los viñedos malagueños a finales del siglo XIX, hasta acabar con todos los cultivos y afectar fuertemente a la boyante economía vitivinícola y pasera y provocando una disminución y estancamiento poblacional que no se recuperaría hasta después de la Guerra Civil.
Hasta mediados del siglo XX la actividad económica más floreciente gira en torno a batanes y molinos, junto a la que se desarrolla una agricultura casi autárquica basada en el autoconsumo de la población agraria (cada casa rural posee su era, horno, etc.). Merece destacarse en este espacio agrario, el importante desarrollo territorial que alcanza la «arquitectura del agua». Proliferan por doquier acequias, albercas, etc.; así, mencionaremos que en 1948 existían en el municipio más de 200 km de acequias, 236 albercas, 168 eras, 13 norias, 65 pozos, 17 molinos y 2 batanes censados, a los que habría que añadir varios que desarrollaban de forma extra-oficial su actividad.
A finales de los años cincuenta, Mijas experimenta un drástico cambio, más acentuado en entre 1960 y 1980, con el desarrollo de las actividades turísticas en la Costa del Sol. Numerosos pequeños propietarios rurales comienzan a vender sus tierras para ir a trabajar en el pujante sector de la construcción, que levanta numerosas urbanizaciones que harán de Mijas el principal destino del turismo residencial de la Costa del Sol y de España.
La conjunción de elementos tanto históricos como culturales y artísticos en cuanto a su estructura urbana, llevaron en 1969 a que la Villa de Mijas fuese declarada Conjunto Histórico Artístico mediante Decreto 1231/69, de 6 de junio, publicado en el B.O.E. núm. 150 del 24 de junio de 1969, distinción que mantiene en la actualidad.
La decantación hacia las actividades turísticas ocasionó el abandono definitivo de la actividad agraria y el inicio de un nuevo periodo económico, cuya principal actividad se centrará en el sector de los servicios. Este cambio también afectará de forma radical a la población, que de algo más de 7.000 habitantes a inicios de los años cincuenta, pasará a unas 15.000 a comienzos de los ochenta, 33.000 a inicios de los noventa y a rondar los 42.000 a comienzos del siglo XXI, para alcanzar en la actualidad más de 80.000, de los que más de 30.000 son extranjeros, siendo el tercer municipio en población de la provincia de Málaga tras la capital y Marbella.
Evolución de la población de Mijas desde 1910 hasta 1960
1910 | 1920 | 1930 | 1940 | 1950 | 1960 |
6.507 | 6.117 | 6.530 | 6.748 | 7.129 | 7.483 |