Patrimonio Paleontológico
El término municipal de Mijas cuenta hasta ahora con varios yacimientos paleontológicos, todos ellos vinculados a un periodo geológico: el Plioceno, periodo que tiene entre 3 y 5 millones de años de antigüedad.
Durante ese periodo la línea costera mijeña se encontraba bastante más hacia el interior (en algunos lugares más de tres kilómetros), cubriendo el mar zonas como La Loma, Pajares, Campanales, La Cala, El Coto y hasta zonas de El Hornillo, zonas que ahora reconocemos por el tipo de suelo que las cubren y que muchos conocen como “albero”, el cual se corresponde con los fondos marinos de aquella época en los que se encuentran los yacimientos del Plioceno marino, que actualmente podemos observar cortados por la autopista AP-7 en los alrededores de su cruce con la carretera de Mijas a Fuengirola.
Los principales yacimientos paleontológicos, por su concentración de fósiles marinos, conocidos hasta ahora en nuestro municipio, se localizan en los alrededores del arroyo de Pajares en su zona sur y en los alrededores del camino de Campanales, siendo de menor importancia los existentes en La Cala o en los márgenes del arroyo de la Manzanilla.
En esos yacimientos se han localizado hasta ahora cerca de 200 especies de invertebrados, desde ostras a corales pasando por los crustáceos, e incluso, a pesar de tratarse de fondos marinos, restos óseos de mamíferos terrestres, posiblemente de un rinoceronte y un bóvido, que seguramente fueron arrastrados hasta ese antiguo mar por los arroyos que existían en aquellos momentos. Algunos de esos yacimientos son considerados como de los más importantes de la provincia de Málaga y uno de los moluscos localizados en ellos es único en el mundo y se le ha dado el nombre de nuestro municipio; se trata de un pequeño molusco del género fustiaria de unos 5 cm de longitud y que ha sido bautizado por los paleontólogos que lo han estudiado con el nombre científico de fustiaria mijensis.
El entorno natural de aquellos momentos era muy diferente al actual: en la costa existía un mar de poca profundidad de tipo tropical, con manglares, corales, etc., mientras que en tierra existía una fauna de mamíferos que se asemejaría a la actual de lugares de África central: rinocerontes, elefantes, hienas, gacelas, etc., junto a otros animales ya desaparecidos como los tigres de dientes de sable, en momentos en que el ser humano aún no había hecho su aparición.