La huella de Roma
A partir del siglo II a.C. se produce la llegada de las influencias de la “romanización”, proceso que culminará en los primeros siglos de nuestra era.
En relación con las necesidades comerciales y militares romanas, se construirán grandes vías de comunicación que permitieran una rápida y segura vía de contacto entre las distintas y alejadas zonas del Imperio Romano. Una de estas vías, recogida en el Itinerario de Antonino (recopilación de caminos del Imperio Romano que parece datar de finales del siglo III d.C.), unía Malaca (Málaga) y Gades (Cádiz), atravesando el actual término municipal de Mijas. Esta vía, no sólo conectaba estas dos urbes romanas sino que también servía de vínculo a otras poblaciones menores y articulaba el territorio por el que circulaba.En el caso concreto de Mijas, los restos arqueológicos encontrados confirmaron la existencia de la ciudad romana de Suel, posible sucesora de la ciudad iberopúnica que se formó tras la llegada de los fenicios. Aún no se han encontrado las grandes construcciones de esta ciudad como templos, foro, teatro, etc., que tuvieron que situarse, según algunos autores, entre la desembocadura del río de Fuengirola y el Cortijo de la Alberquilla, en la margen derecha del río, donde se encuentran los yacimientos de la Finca de Acebedo y la villa romana de El Chaparral.
En el caso concreto de Mijas, los restos arqueológicos encontrados confirman la existencia de la ciudad romana de Suel, posible sucesora de la ciudad que se formó tras la llegada de los fenicios. Sin embargo, aún no se han encontrado las grandes construcciones de esta ciudad (templos, foro, teatro, etc.), que tuvieron que situarse, según algunos autores, entre la desembocadura del río de Fuengirola y el Cortijo de la Alberquilla, en la margen derecha del río, donde se encuentran los yacimientos arqueológicos de Cortijo de Acebedo y la villa romana de El Chaparral. En este sentido, en la segunda mitad del siglo XVIII, el erudito mijeño Francisco de la Torre Argüelles decía: “Suel, pueblo inmediato a nuestra Mijas y de quien puede decirse que en la actualidad es esta descendiente y oriunda y por tanto en quien recaen sus timbres y antigüedades” .Otro autor romano, Rufo Festo Avieno en su obra Ora Marítima, basándose en citas de autores más antiguos, quizás griegos de mediados del siglo VI a.C., hizo una descripción de las costas del sur peninsular y en ellas menciona el lugum (cabo o promontorio) Barbetium, que se ha venido identificando con la punta de Calaburras.
A los lados de las vías romana surgieron villas rurales y comerciales, de las que quedan varios testimonios, por ejemplo el yacimiento romano de Haza del Algarrobo, el Diseminado Chaparral núm. 64 o la Villa de la Butibamba, junto a la mencionada Villa de Finca Acebedo y a otros yacimientos localizados últimamente en la zona rural de Entrerríos. Durante esta época tuvo también gran importancia la explotación de los mármoles de la Sierra de Mijas.
El importante poblamiento romano en Mijas queda asimismo atestiguado por los hallazgos de cerámica romana (terra sigillata) y de monedas en distintas zonas del municipio (Osunilla, La Cala, Mijas o El Olivar) encuadradas desde tiempos de Octavio Augusto (siglos I a.C. – I d.C.) hasta finales del siglo IV de nuestra era.
El mundo romano se desmembra a partir de las invasiones de los pueblos centroeuropeos, que acabarían con la administración romana y causarían el declive del comercio y por ello de las villas relacionadas con él, provocando asimismo la probable decadencia de la estructura urbana de Suel, cuya población quizás se abandonase debido a las condiciones poco seguras reinantes en las tierras llanas cercanas al mar, trasladándose hacia las cotas más altas y defendibles de la actual Mijas y Osunilla.