Molinos, Batanes y Trapiches

Molinos, Batanes y Trapiches

El principio de funcionamiento de los tres es el mismo: aprovechar la fuerza motriz del agua que se conducía por una acequia o cauz hacia un “cubo”, pozo de sección circular y caída vertical o inclinada que hacia aumentar la presión del agua y que se situaba a mayor altura que el edifico que albergaba el ingenio mecánico, dirigiéndola hacia una bóveda o “cárcavo” situada bajo el mismo, donde la presión del agua hacía mover el “rodezno”, conjunto de elementos mecánicos que usaban la energía producida por la fuerza de la caída del agua, para mover las piezas que servían para moler, triturar o comprimir. Desde el cárcavo el agua seguía su curso hacia otro molino, batán, etc. o hacia las huertas.

Molino de Huerta Alta
Cárcavo o bóveda del Molino de Huerta Alta

Los molinos hidráulicos ya fueron descritos en el siglo I de nuestra era por el arquitecto e ingeniero romano Vitrubio y, como ocurre con todo el Patrimonio Hidráulico, se difundieron de forma generalizada por los árabes durante la Edad Media. En Mijas, gracias a su abundancia de agua, han sido innumerables los molinos que han existido a lo largo de la historia.

Los más antiguos conocidos son de Época Medieval y aparecen citados en los Repartimientos de los Reyes Católicos, concretamente cuatro: tres ubicados en Osunilla conservándose en la actualidad la estructura de uno de ellos en el interior de una vivienda privada y otro situado bajo la antigua Fuente de la Higuera, actualmente desaparecido.

A mediados del siglo XVIII existían en Mijas 15 molinos en funcionamiento, la mayoría de ellos en la zona oriental del municipio (Osunilla, Pajares y Corralejos). Ejemplos de molinos, todos sin uso o en ruinas, son el molino de Rascón, el del Cura, la Molinilla, de Escalona, de Corralejos, de Huerta Alta, de Arriba y de Abajo, el Molinillo, etc.

Molino de Abajo
Molino de Abajo

Los batanes son más recientes que los molinos y servían para la fabricación de papel. La fuerza del agua hacia mover unos mazos de madera que batían una mezcla de agua y trapos de lino y cáñamo dentro de unas pilas de piedra sobre una base metálica, con lo que se obtenía una pasta que luego se colaba sobre una malla donde se adherían las fibras que luego se separaban y se secaban obteniéndose el papel.

La mayoría de los más de 15 batanes que llegaron a funcionar en Mijas fueron de papel de estraza, aunque alguno de ellos fabricó papel blanco como el de Santa Rita, cuyas pilas de batir se encuentran depositadas en la sede del Archivo Histórico Municipal. Los batanes mijeños funcionaron desde finales del siglo XVII hasta finales del XIX, aunque algunos resurgieron de forma puntual a mediados del XX.

Además del citado batán de Santa Rita, en Mijas funcionaron, entro otros, los siguientes batanes: la Batana, el Hormiguero, el Cañaveral, la Cueva, Nuestra Señora de la Victoria, etc.

Batán de Santa Rita
Pila del Batán de Santa Rita

Los trapiches se usaron para la extracción del jugo de la caña de azúcar. En este caso el agua se usaba para mover unas ruedas que aplastaban las cañas para la extracción de su jugo, que luego era tratado para obtener el azúcar.

En Mijas solo tenemos constancia de la existencia de un trapiche en la zona de Entrerríos, el cual tuvo una vida muy corta pues fue construido a mediados del siglo XVII y en 1773 ya solo quedaban sus cimientos. Este trapiche utilizaba como fuerza motriz el agua del río de Ojén y para su transporte se construyeron dos acueductos que todavía se conservan, uno de ellos en uso y en el que se puede ver la fecha de 1644 en una placa sobre su arcada principal.

Acueducto del Trapiche Entrerríos
Restos del acueducto del Trapiche de Entrerríos
Molino de Corralejos
Ruinas del Molino de Corralejos


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